Vuelta a la normalidad


Ahora Cantalapiedra vuelve a su rutina. Los forasteros dejan el pueblo y las casas se vacían. Los agricultores comienzan a preparar la nueva sementera. En las huertas se continua sacando patata. El otoño se acerca transformando el paisaje y las motivaciones. También comienzan las clases para los más peques, después para los del instituto y para los universitarios. Las asociaciones pronto pondrán en marcha nuevas iniciativas socioculturales y la biblioteca abre sus puertas para que los vecinos puedan retomar el buen hábito de la lectura.

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